“¿Qué es esto del Día de la Alegría?”, me preguntó una amiga. ¿Qué es esto del Día de la Alegría?” le respondí para ganar tiempo mientras me puse a investigar. Resulta que existe y se festeja en más de 10 países de América Latina, la Argentina incluida. ¿Cuándo es y cómo surge el Día Internacional de la Alegría? Impulsado por Alfonso Becerra, se celebra todos los 1° de agosto. Así es, este colombiano entusiasta aprovechó la oportunidad para presentar la idea en un Congreso de Gestión Cultural realizado en Chile, en 2011, idea que fue muy bien recibida por varias organizaciones internacionales. Consultado por una radio de su país, Becerra explicó que la idea surgió al notar que la mayor parte de los calendarios de celebraciones y conmemoraciones se ocupan de eventos relacionados con la guerra, la muerte y otros sucesos tristes y se preguntó por qué no traer al calendario una celebración feliz.
ASÍ SURGE EL DÍA DE LA ALEGRÍA, UNA EMOCIÓN TAN IMPORTANTE, QUE GENERA BIENESTAR, QUE PROMUEVE LA SALUD. No se trata de un estado de felicidad plena, algo que nadie nunca vivió ni vio en otros, sino de momentos en los que nos encontramos sonriendo porque algo nos provoca placer. La alegría es una emoción individual que con poco esfuerzo podemos convertir en colectiva. Sí, claro. También podemos ocuparnos de generar alegría para el ambiente en el que estamos. Sonreír, ayudar, escuchar, contestar bien, llegar un día con una bandeja de algo rico para compartir son maneras simples de hacer circular la alegría. ¿Ustedes hacen algo de esto? Yo sí, y me encanta.
Las fotos que comparten mis amigas por WhatsApp y que llegan después de un día de tensiones, una receta que salió bien después de varias veces de intentarlo, correr un kilómetro más lejos, son todas cosas simples que nos disparan sonrisas y que podemos intentar. (Y sí, descubrir que nuestra marca preferida nos preparó una sorpresa también, así que, si quieren una alegría para festejar, vayan a @tiendasantaclara en Instagram, yo sé lo que les digo).
Vivimos tiempos duros, en los que la alegría nos cuesta un esfuerzo extra. No perdamos de vista que lo vale. Hagamos circular la alegría, que seguro, seguro, vuelve.
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